Carta a mi esposa muerta (y “ética del basta ya!”)

27 may

La muerte no es un fracaso de la medicina, excepto si se trata de una MIPSE (mortalidad innecesariamente prematura y sanitariamente evitable) y, por supuesto, la muerte es tan habitual como el nacimiento. Ambos hechos afectan a todos los humanos y los profesionales sanitarios deben ser conscientes de ello. Respecto a la muerte, es clave evitar el encarnizamiento médico al final de la vida pues “hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir”. Es decir, se precisa una “ética del ¡basta ya!”, un saber parar y sencillamente acompañar. En este caso se novela un caso real de una paciente con cáncer.